Producción de cereales en Aragón

Los cereales son uno de los cultivos más importantes en Aragón, tanto por su superficie como por su valor económico. En este artículo vamos a analizar la situación actual de la producción de cereales en esta comunidad autónoma, qué tipos de cereales se cultivan, en qué zonas, qué empresas los comercializan y cómo ha sido o se prevé la cosecha de cereales en el 2023.

Aragón es una de las principales regiones productoras de cereales de invierno en España, junto con Castilla y León y Castilla-La Mancha. Entre los cereales que se cultivan en Aragón destacan el trigo (duro y blando), la cebada, la avena, el centeno y el triticale. Estos cereales se destinan principalmente a la alimentación animal, sobre todo para la cabaña porcina, que es muy importante en la comunidad. También se exporta una pequeña parte a otros países, pero depende de la demanda y de la competencia de otros mercados.

Según los datos del Gobierno de Aragón, los principales tipos de cereales que se producen en esta región son el trigo duro, el trigo blando, la cebada, el maíz y el triticale. Estos cinco cultivos representan el 97% de la superficie sembrada de cereales en Aragón, que en el año 2021 fue de 687.000 hectáreas.

El trigo duro es el cereal más cultivado, con 231.000 hectáreas y una producción de 1,1 millones de toneladas. Se destina principalmente a la industria harinera y pastificia. El trigo blando ocupa 157.000 hectáreas y produce 0,8 millones de toneladas. Se utiliza sobre todo para la alimentación animal y la fabricación de pan y bollería. La cebada se siembra en 152.000 hectáreas y genera 0,7 millones de toneladas. Es el cereal más adaptado al secano y se emplea mayoritariamente para la elaboración de malta y cerveza. El maíz se cultiva en 95.000 hectáreas y aporta 0,9 millones de toneladas. Es el cereal más productivo y se usa para la alimentación humana y animal, así como para la producción de biocombustibles. El triticale es un cereal híbrido entre el trigo y el centeno que se extiende por 52.000 hectáreas y produce 0,3 millones de toneladas. Tiene un alto valor nutritivo y se destina sobre todo a la alimentación animal.

La producción de cereales en Aragón se distribuye entre las tres provincias: Huesca, Zaragoza y Teruel. La provincia con mayor superficie dedicada a los cereales es Zaragoza, con 378.000 hectáreas, seguida de Huesca con 221.000 hectáreas y Teruel con 88.000 hectáreas.

Dentro de cada provincia, existen diferentes zonas con características agroclimáticas distintas que influyen en el tipo y el rendimiento de los cereales. Por ejemplo, en Zaragoza se distinguen las zonas del Valle del Ebro, donde predomina el regadío y el maíz; las Cinco Villas, donde se cultiva sobre todo trigo duro; las Monegros, donde se alternan el trigo blando y la cebada; y las zonas del sur, donde se siembra principalmente triticale.

En Huesca, las principales zonas cerealistas son el Somontano, donde se produce trigo duro; los Monegros, donde se cultiva cebada; la Hoya de Huesca, donde se siembra trigo blando; y el Alto Aragón, donde se cosecha maíz.

En Teruel, las zonas más destacadas son el Bajo Aragón-Caspe, donde se produce maíz; el Bajo Aragón-Alcañiz, donde se cultiva trigo duro; y las zonas del sur, donde se siembra cebada.

En Aragón, la mayor parte del cereal cosechado se comercializa a través de cooperativas agrícolas y comercializadoras especializadas. Estas cooperativas, que cuentan con una sólida presencia en la región, desempeñan un papel central en la compra, almacenamiento y distribución de los cereales producidos por los agricultores locales. Además, las comercializadoras agrícolas facilitan la venta de cereales a compradores finales, como molinos de harina, empresas de transformación alimentaria y exportadores, asegurando así la eficiencia y la fluidez en la cadena de suministro de cereales en Aragón.

La cosecha de cereal de invierno en Aragón suele variar mucho según las condiciones climáticas de cada año. Por ejemplo, en 2020 se registró una cosecha récord de casi 3 millones de toneladas, gracias a las abundantes lluvias y a la buena calidad del grano. Sin embargo, en 2021 la producción bajó a 2,8 millones de toneladas, debido a la falta de precipitaciones en primavera y al calor excesivo en verano. Y para 2023 se espera una de las peores campañas de los últimos 30 o 40 años, con una pérdida de hasta el 80% del cereal por la sequía y las heladas.

Estas fluctuaciones en la producción también afectan al precio de los cereales, que suele ser muy volátil y dependiente del mercado internacional. En general, el precio de los cereales ha subido mucho en los últimos años, debido a la escasez de oferta, al aumento de la demanda (sobre todo de China) y a los problemas logísticos derivados de la pandemia. Según los datos de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, el precio medio del cereal en Aragón subió más de un 60% durante el 2021. Y para el último trimestre del 2023 se prevé que siga subiendo, aunque con menos intensidad que en los meses anteriores.